domingo, 24 de agosto de 2014

Un Sueño, Un Olvido

Ya hace varios años que había dejado en el olvido este blog, talves por falta de tiempo y mi largo periodo de sequía literaria... Hoy lo retomo, con mas madurez, con 35 años de edad y con mil historias que contar. Actualmente trabajo como encargado de Recursos Humanos en una empresa de Servicios, lo cual me deja la mayor parte del tiempo bastante agotado... No es fácil el trabajo, pero me da satisfacciones.
En el amor, mi casi interminable historia de amor sufrido con Juan Manuel Váldes López, se esfumó de la noche a la mañana, literalmente fue así. Todos los años perdidos en reconciliaciones que duraban un par de días, todas esas ilusiones de que las cosas volverían a ser lo de antes, que entendía que mi amor era incondicional, se fueron como todos los sueños que no logran hacerse realidad. Una noche soné con el (cosa que no sucedía a menudo), en sueño estábamos conversando en el interior de su auto, tomaba mi mano, lo cual siempre me hacia caer en sus brazos al instante, pero en este sueño no fue así, yo miraba su mano, grande, fuerte, blanca y comenzaba a levantar lentamente la vista, subiendo por su brazo, cubierto por la manga de su polar (si, ese polar que siempre odié), miraba si panza abultada, tu gran espalda, pero no lograba ver su cara, por mas que lo intentaba, no podía y la angustia se apoderó de mi. Desperté sobresaltado, estaba en mi cama, con mi gato, solo había sido un sueño, un sueño que me estremeció porque por mucho que intentaba ahora, despierto, recordar su cara no podía. Su nombre seguía en mi mente, los recuerdos de esos días felices juntos, pero su rostro no estaba mas. Con el tiempo me he acostumbrado a que solo sea un bonito recuerdo de alguien que llegó a ser importante en mi vida pero que ahora sólo es un nombre, sin un rotro, sin una imagen a la cual aferrarme. Hoy liberado de sus cadenas, he comenzado a ser libre, porque aunque ya no estábamos juntos me había aferrado a su imagen, a sus llamadas, a sus deseos y aunque el sujetara el látigo que lastimaba una y otra vez mi corazón, yo era quien se aferraba a esta historia, atándome yo mismo a la silla de su indiferencia... Entendí que nunca comprendio mis sentimientos, como tampoco le importó que comprendiera y aceptara  que fuese un mal amante, que en el sexo fuese malo... Sólo le importaba lastimar, lo había hecho antes, lo hizo conmigo y lo seguiría haciendo hasta algún día alguien le devuelva la mano. Talves ya este casado y con un hijo, o tenga una relación con un travesti, o que sé yo... Da igual.

http://youtu.be/PKzeN6pIiz4

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